En el corazón del aldea, donde la tradición y la pasión se entrelazan, surge un arte ancestral: la creación de conservas artesanales. Con cuidado artesanal, los maestros conservero transforman ingredientes frescos en delicias que recrean el sabor del pasado. Cada jarra es un reflejo de la tierra, un homenaje a la sazón y a la sabiduría hereda